Ana postura yoga

Dejando que la dragona se haga cargo.

Aquí estoy dejando que la Dragona se haga cargo de “todo esto”. Quito del medio mis bloqueos de humana y dejo que el torrente de mi esencia se exprese a través de mis dedos que escriben.

Una voz dentro de mi me pide que me visibilice, que haga público esto que me empuja por dentro, esto que viene a escribir a través de mi pequeñez, a través de mi dejar ser mi SER.

Quiero compartir contigo mis estados más profundos, mis experiencias transpersonales, mi divinidad vivida en instantes en los que soy arrollada por esa fuerza de vida, por esos estados superiores que vivo como El gran PRESENTE.

 

Entra el silencio interior, mi percepción se expande y empieza a brillar.

Todo es más nítido y mi sensibilidad se acrecienta. Puedo sentir cada célula de mi cuerpo vibrando. Siento mi piel que se eriza toda ella, puedo percibirla de manera integral, como un solo órgano que es.

La experiencia entera empieza a chisporrotear, a ser más consistente y comienza el contentamiento o el PLACER con mayúsculas.

Mi autopercepción se expande, se diluye o tal vez se deslocaliza. “Estoy en todas partes.”

Todo sucede en un gran SILENCIO interior, un silencio lleno, un silencio vivo, vibrante.

En esos momentos soy un SER INCONDICIONAL, soy pura experiencia.

En esos instantes no hay una mente charlatana. Si alguna voz aparece es de una lucidez maravillosa y casi todo el rato calla.

Y la experiencia se proclama como lo Real, como EL gran PRESENTE.

Gracias, gracias, gracias…

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